domingo, 30 de mayo de 2010

La Teta Asustada: Uno de los films íconos de nuestro orgullo nacional.

Por: César Falla Figueroa*



La película es ahora motivo de satisfacción para todos los peruanos.


Cinta hispanoperuana, reconocida con el Oso de Oro a mejor película en el Festival de Cine en Berlín y nominada a los Premios Oscar 2009 en la categoría “mejor película extranjera”, certamen organizado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, todo un acontecimiento sin precedentes, puesto que es la primera vez que un film nuestro entra en carrera por los afamados premios. Hecho que representa una reivindicación al pueblo quechua y a su cosmovisión andina, respeto a lo que los rodea. Fausta (Magaly Solier), según sus creencias, sufre de “La teta asustada”, una extraña enfermedad que se trasmite por la leche materna de las mujeres que fueron violadas o maltratadas durante la guerra del terrorismo que azotó nuestro país, en las dos últimas décadas del siglo XX. Al culminar este trágico episodio de nuestra historia, la joven recuerda con amargura la también llamada “enfermedad del miedo” que le ha robado el alma, porque según dicen el susto se escondió en la tierra y los infectados cargan con un terror hereditario que los aisla por completo. El repentino fallecimiento de su madre ejercerá en ella, una suerte de autopresión para encarar sus miedos (pues desea darle sepultura en su pueblo natal, pero no tiene dinero para ello) y al secreto que oculta en su interior, que consiste en haberse introducido una papa en la vagina, como protección para evitar que le pase lo sucedido con su madre, a pesar que el conflicto armado entre los militares y subversivos acabó. Considero que lo que Claudia Llosa (directora de la película) ha querido plasmar, es la evolución de Fausta de un estado de miedo (por todo lo ocurrido) a un estado de libertad, natural en el ser humano; encaminado a la conquista de un mañana. Es esa intencionalidad, entre otras importantes situaciones que se presentan en el relato, que la hace a esta producción nacional, grande, exitosa y aplaudida en todo el mundo. En el Perú, según el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, aún persiste las heridas del pasado y esta historia nos orienta a una necesaria reflexión en tiempos actuales en la que la paz no nos es ajena. La película muestra maravillosos paisajes andinos y expresa sentimientos profundos a través de una narrativa muy contagiante.

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación